Puede sonar demasiado dramático, pero el riesgo más extremo de no invertir en la experiencia de sus clientes es la quiebra. “Nos encontramos en un escenario crítico en torno a la demanda creciente de mayores experiencias realmente significativas para el cliente pero, en paralelo, una constante en la exigencia de mayor privacidad y criterio en el tratamiento de sus datos personales”, asegura nuestro CEO, Cristián Maulén en su editorial de este mes.
En efecto, hoy las organizaciones se ven demandadas a invertir en nuevas herramientas tecnológicas que permitan dar frente a esta necesidad imperante, generando instancias cada vez más personalizadas y eficaces que antes.
Ejemplos y alternativas hay por montón, desde recurrir a la Inteligencia Artificial (IA), la nube, explotar la Big Data, son algunas de las tecnologías que nos ayudan a generar análisis, establecer interacciones de valor y automatizar procesos claves para su negocio. Hoy más que nunca, el llamado es claro: invertir o morir.