Códigos de Conducta y Sistemas de Autorregulación: ¿Cómo operar ante un nuevo marco regulatorio en Protección de Datos Personales?
Por Cristián Maulén
En el panorama actual de los negocios, la gestión de la privacidad de datos se ha convertido en un componente crítico para las empresas a nivel mundial. Con la implementación de regulaciones estrictas como el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR), las organizaciones enfrentan desafíos sin precedentes para garantizar el cumplimiento y proteger la información del consumidor.
La inversión en cumplimiento de regulaciones es significativa. Las empresas del Fortune Global 500 gastaron alrededor de $7.8 mil millones en 2018 preparándose para el GDPR, según la Asociación Internacional de Profesionales de la Privacidad (IAPP). Este esfuerzo financiero refleja la importancia y la complejidad de adaptarse a los estándares de privacidad.
La creación de puestos como los delegados de protección de datos, mandatados por el GDPR, es un paso hacia el cumplimiento. Sin embargo, muchas empresas aún luchan por sentirse completamente conformes, buscando soluciones escalables y efectivas.
El desafío se intensifica para las corporaciones que operan internacionalmente debido a la naturaleza fragmentada de la regulación en diferentes jurisdicciones. Estas empresas han comenzado a sistematizar su enfoque de cumplimiento, creando roles y responsabilidades regulatorias específicas.
Además, la eliminación y transferencia de datos representan retos técnicos significativos. Los datos corporativos suelen estar dispersos en múltiples infraestructuras de TI, complicando la tarea de recopilar información completa sobre consumidores individuales. La ubicación de algunos datos fuera de la empresa en redes afiliadas o de terceros añade otra capa de complejidad.
Las empresas deben navegar en este entorno complejo y en constante cambio con estrategias proactivas y sistemas de autorregulación eficientes. La inversión en cumplimiento normativo no es solo un gasto necesario, sino una inversión en la sostenibilidad y reputación de la empresa. Mientras el mundo se mueve hacia una era de mayor conciencia sobre la privacidad de datos, las empresas que se anticipan y adaptan a estos cambios no sólo sobrevivirán sino que prosperarán en el mercado global.