Siguiendo la analogía de un respetado senador, nuestros datos personales son el equivalente a nuestra alma en el ciberespacio, dado que nos caracterizan, distinguen, diferencian y por sobre todo nos dignifican en el nuevo entorno digital. Este año, llegó el momento de que tanto entidades públicas como privadas, se suban al tren de la protección de datos personales, ya no como una necesidad de futuro, sino una urgencia crítica que no solo repercutirá en la rentabilidad de sus operaciones, también de forma legal.
Los ciudadanos ya no dan pie atrás: 9 de cada 10 personas considera “muy importante” compartir su información personal con un 89% que considera que son las organizaciones quienes más se benefician del intercambio de datos (Sondeo El Ciudadano y su Privacidad). Mientras que, a nivel organizacional, 53% de los líderes de marketing consideran que las barreras regulatorias del mercado ya están limitando su capacidad de implementar iniciativas Data-Driven; un crecimiento del 17% en comparación con 2021.
Lo anterior, dado el rápido avance normativo en los últimos dos años de Ley Proconsumidor, Ley Fintech, proyectos de ley sobre Delitos Informáticos y Ciberseguridad y la esperada promulgación del boletín 11.144-07, que modifica sustancialmente la Ley Nº19.628 sobre la protección a la vida privada. Si bien este último aún no logra ver la luz, pese a los 12 años de tramitación en el congreso, todo parece indicar que este será su gran año, donde ya considera sus últimos ajustes en la Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento de la Cámara de Diputadas y Diputados en aspectos como: consentimiento, fuentes de acceso público, multas, órganos de control y las vacancias legales, propias de una ley como esta, que viene a cambiar las reglas del juego.
Las urgencias para tu organización deben ser tres:
Diagnosticar y detectar brechas respecto a las disposiciones normativas sobre privacidad.
Generar un plan de trabajo que permita administrar el consentimiento y gestionar de forma automatizada.
Democratizar a nivel organizacional una visión común en protección de datos.
Aquellas empresas que logren las ansiadas ventajas analíticas podrán decir que son verdaderas empresas Data Driven, es decir, empresas centradas en el valor del dato y en impulsar la curiosidad en sus equipos.
Si tu organización aún no sabe para qué colectan datos, ni cómo generar experiencias respetando la privacidad de sus audiencias y clientes, ya no queda más tiempo a favor: llegó el momento.